Mi esposo compró una moto y, por supuesto, para poder circular contrató un seguro. A los pocos días llegó por correo esta «Declaración Amistosa de Accidente». Me pareció una pasada porque es una demostración de que ningún texto es lo suficientemente corto o técnico como para no hacerlo bien.
Estamos hablando del folletín que usas cuando tienes un accidente de tránsito (esperemos no tener que usarla nunca). Es un texto súper breve que se usa en una situación muy específica y da lugar a un formulario que hay que rellenar con mucha atención para evitar problemas.
Yo creo que para escribirlo han usado muy bien la técnica de ponerse en el lugar del lector. Alguien que acaba de chocar necesita mantener la calma: los nervios y el enojo no sirven para nada en esa situación, sobre todo si se trata de un accidente grave.
Ves los destrozos y lo primero que lees es
«No nos enfademos
Seamos corteses
Tengamos calma
Instrucciones al dorso»
Un bálsamo.
Rápido, al grano.
Pongamos que el hijo de tu vecino, que está todavía con la L, te destrozó la luz trasera en el parking del edificio. Sacas este papel de la guantera y lo primero que ves es:
«No nos enfademos
Seamos corteses
Tengamos calma
Instrucciones al dorso»
Quizás no aplique para esas personas que se ponen como un gorila cuando les «tocan el coche», pero a mí me serviría. Mantener la calma y pasar a la acción.
Otro ejemplo de copy excepcional: Keep Calm and Carry On
Me hace acordar al «Keep calm and carry on», la frase que el gobierno británico decidio publicar en pancartas que se pegaron por todo el país al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Esta pieza también da mucha tela para cortar.
¡Que viva el buen copy!
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